Acoso
escolar o bullying
El acoso escolar (también conocido como hostigamiento
escolar, matonaje escolar, matoneo escolar o
por su término inglés bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico
producido entre escolares de forma
reiterada a lo largo de un tiempo determinado. Estadísticamente, el tipo de
violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente
en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de
acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia (12-13 años), siendo
ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas.
El acoso escolar es una forma característica y extrema
de violencia escolar.
El acoso escolar es una especie de tortura,
metódica y sistemática, en la que el agresor sume a la víctima, a menudo con el
silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros.
Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una
reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un
abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta
fortaleza real o percibida subjetivamente) que aquella. El sujeto maltratado
queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador,
generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas (aunque estas
no formen parte del diagnóstico); es común
que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se
muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En algunos
casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicídio e incluso su materialización,
consecuencias propias del hostigamiento hacia las personas sin limitación de
edad.
Tipos de acoso escolar
1. Bloqueo social (29,3%)
2. Hostigamiento (20,9%)
3. Manipulación (19,9%)
4. Coacciones (17,4%)
5. Exclusión social (16,0%)
6. Intimidación (14,2%)
7. Agresiones (13,0%)
8. Amenazas (9,1%)
9. Cyber Bullying (35,00%)
Bloqueo social
Bloqueo social
Agrupa las acciones de acoso escolar que buscan bloquear socialmente a la víctima. Todas ellas buscan el aislamiento social y su marginación impuesta por estas conductas de bloqueo.
Son ejemplos las prohibiciones de jugar
en un grupo, de hablar o comunicar con otros, o de que nadie hable o se
relacione con él, pues son indicadores que apuntan un intento por parte de
otros de quebrar la red social de apoyos del niño.
Se incluye dentro de este grupo de
acciones el meterse con la víctima para hacerle llorar. Esta conducta busca
presentar al niño socialmente, entre el grupo de iguales, como alguien flojo,
indigno, débil, indefenso, estúpido, llorica, etc. El hacer llorar al niño
desencadena socialmente en su entorno un fenómeno de estigmatización secundaria conocido como mecanismo de chivo expiatorio.
De todas las modalidades de acoso escolar es la más difícil de combatir en la
medida que es una actuación muy frecuentemente invisible y que no deja huella.
El propio niño no identifica más que el hecho de que nadie le habla o de que
nadie quiere estar con él o de que los demás le excluyen sistemáticamente de
los juegos.
Hostigamiento
Agrupa aquellas conductas de acoso
escolar que consisten en acciones de hostigamiento y acoso psicológico que
manifiestan desprecio, falta de respeto y desconsideración por la dignidad del
niño. El desprecio, el odio, la ridiculización, la burla, el menosprecio, los
motes, la crueldad, la manifestación gestual del desprecio, la imitación
burlesca son los indicadores de esta escala.
Manipulación social
Agrupa aquellas conductas de acoso
escolar que pretenden distorsionar la imagen social del niño y “envenenar” a
otros contra él. Con ellas se trata de presentar una imagen negativa,
distorsionada y cargada negativamente de la víctima. Se cargan las tintas
contra todo cuanto hace o dice la víctima, o contra todo lo que no ha dicho ni
ha hecho. No importa lo que haga, todo es utilizado y sirve para inducir el
rechazo de otros. A causa de esta manipulación de la imagen social de la
víctima acosada, muchos otros niños se suman al grupo de acoso de manera
involuntaria, percibiendo que el acosado merece el acoso que recibe,
incurriendo en un mecanismo denominado “error básico de atribución”.
Coacción
Agrupa aquellas conductas de acoso
escolar que pretenden que la víctima realice acciones contra su voluntad.
Mediante estas conductas quienes acosan al niño pretenden ejercer un dominio y
un sometimiento total de su voluntad.
El que la víctima haga esas cosas
contra su voluntad proporciona a los que fuerzan o tuercen esa voluntad
diferentes beneficios, pero sobre todo poder social. Los que acosan son
percibidos como poderosos, sobre todo, por los demás que presencian el
doblegamiento de la víctima. Con frecuencia las coacciones implican que el niño
sea víctima de vejaciones, abusos o conductas sexuales no deseadas que debe
silenciar por miedo a las represalias sobre sí o sobre sus hermanos.
Exclusión social
Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan excluir de la participación al niño acosado. El “tú no”, es el centro de estas conductas con las que el grupo que acosa segrega socialmente al niño. Al ningunearlo, tratarlo como si no existiera, aislarlo, impedir su expresión, impedir su participación en juegos, se produce el vacío social en su entorno.
Intimidación
Agrupa aquellas conductas de acoso
escolar que persiguen amilanar, amedrentar, apocar o consumir emocionalmente al
niño mediante una acción intimidatoria. Con ellas quienes acosan buscan inducir
el miedo en el niño. Sus indicadores son acciones de intimidación, amenaza,
hostigamiento físico intimidatorio, acoso a la salida del centro escolar.
Amenaza a la integridad
Agrupa las conductas de acoso escolar
que buscan amilanar mediante las amenazas contra la integridad física del niño
o de su familia, o mediante la extorsión
Ciberacoso o cyber bullying
Ciberacoso es el uso de
información electrónica y medios de comunicación tales como correo electrónico, redes sociales, blogs,mensajería instantánea, mensajes de texto, teléfonos móviles, y websites difamatorios
para acosar a un individuo o grupo, mediante ataques personales u otros medios.
Puede constituir un delito penal. El ciberacoso es voluntarioso e implica un daño
recurrente y repetitivo infligido a través del medio del texto electrónico. Según R.B. Standler1 el acoso
pretende causar angustia emocional, preocupación, y no tiene propósito legítimo
para la elección de comunicaciones. El ciberacoso puede ser tan simple como continuar
mandando e-mails a alguien que ha dicho que no quiere permanecer en contacto
con el remitente. El ciberacoso puede también incluir amenazas,
connotaciones sexuales, etiquetas peyorativas (p.e., discurso del odio).
El término
ciberacoso fue usado por primera vez por el educador canadiense Bill Belsey. Otros
términos para ciberacoso son "acoso electrónico,"
"e-acoso," "acoso sms", "network mobbing",
"acoso móvil" "acoso en línea", "acoso digital",
"acoso por internet", "acoso en internet" o "internet
acoso".
§ Ciberacoso escolar: (o ciberbullying de la
traducción del inglés cyberbullyi ng) Acoso entre menores.
§ Grooming: Acoso
de pedófilos a menores.
§ Web apaleador: Web creada para realizar 'ciberacoso' sobre la víctima, metiéndose
con él/ella de manera pública y ridiculizándolo/la. De esta forma se anima a
los testigos a que hostiguen a la víctima.
Por otro
lado, según el alcance del ciberacoso, se pueden distinguir dos clases
diferentes:
§ La primera de ellas se centra en el acoso y amenazas a través de la red,
pero sólo cuando se está conectado.
§ En la segunda de las modalidades, el acoso y amenazas que se dan a
través de la red, se trasladan a la vida real de la persona.
Si bien
cualquiera de los dos tipos es igual de intimidatorio para la persona que lo
sufre, también es cierto que el segundo es más peligroso ya que afecta a la
integridad física de la persona.
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